martes, 12 de agosto de 2014

Psicoanalisis y Religión Freud

Un estupendo Pdf , que nos muestra un análisis acerca de la religión desde el punto de Vista de Freud y otros datos mas

Aquí el archivo

http://www.juan23.edu.ar/institucional/rector/publicaciones/pdf/Psicologia_Freud.pdf



Freud

En la producción de Freud hay obras dedicadas ex profeso a la temática religiosa. Ellas
son: Tótem y tabú, Moisés y la religión monoteísta, El porvenir de una ilusión, El malestar de lan cultura, Actos obsesivos y prácticas religiosas, Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci

 Origen de la Religión de acuerdo a Freud

"De Darwin tomé la hipótesis de que los hombres vivieron originariamente en hordas
Pequeñas, bajo el imperio violento, cada una, de un macho más viejo que se apropiaba de todas las hembras y castigaba y eliminaba a los varones jóvenes, incluidos sus hijos.

Atkinson - quien prosiguió con esa pintura-, que este sistema patriarcal halló su término en una sublevación de los hijos varones, que se unieron contra el padre, lo avasallaron y lo devoraron en común.

Basándome en la teoría de Robertson Smith sobre el tótem, supuse que luego la horda paterna dejó sitio al clan fraterno totemista. A fin de poder convivir en paz, los hermanos triunfantes renunciaron a las mujeres por cuya causa, sin embargo, habían dado muerte al padre, y se sometieron a la exogamia. El poder paterno fue quebrantado y las familias se organizaron según el derecho materno. La ambivalente postura de sentimientos de los hijos varones hacia el padre se mantuvo en vigencia a lo largo de todo el desarrollo ulterior. En lugar del padre se instituyó un animal como tótem; se lo consideraba antepasado y espíritu protector, no estaba permitido hacerle daño ni matarlo, pero una vez al año toda la comunidad de los varones se reunía en un banquete ceremonial en que se despedazaba y se devoraba en común al animal totémico venerado en todo otro caso. Nadie podía excluirse de este banquete; era la repetición ceremonial del parricidio con el cual se habían iniciado el orden social, las leyes éticas y la religión"


 ¿Qué es el tótem?
"Por regla general -responde Freud-, un animal comestible, inofensivo, o peligroso y
temido; rara vez una planta o una fuerza natural (lluvia, agua) que mantienen un vínculo
particular con la estirpe entera. El tótem es en primer lugar el antepasado de la estirpe, pero
además su espíritu guardián


"El psicoanálisis nos ha revelado que el animal totémico es realmente el sustituto del
padre, y con ello armonizaba bien la contradicción de que estuviera prohibido matarlo en
cualquier otro caso, y que su matanza se convirtiera en festividad; que se matara al animal y no obstante se lo llorara. La actitud ambivalente de sentimientos que caracteriza todavía hoy al
complejo paterno en nuestros niños, y prosigue a menudo en la vida de los adultos, se extendería
también al animal totémico, sustituto del padre" (ib., 143

Totetimismo …. Explicacar evolución de religiones miles de dioses



En Tótem y tabú, Freud se explaya sobre la concordancia que él supone entre totemismo
y cristianismo. Dice así:

"En el mito cristiano, el pecado original del hombre es indudablemente un pecado contra
Dios Padre. Y bien; si Cristo redime a los hombres de la carga del pecado original sacrificando su propia vida, nos constriñe a inferir que aquel pecado fue un asesinato. Según la Ley del Talión, de profunda raigambre en el sentir humano, un asesinato sólo puede ser expiado por el sacrificio de otra vida; el autosacrificio remite a una culpa de sangre. Y si ese sacrificio de la propia vida produce la reconciliación con Dios Padre, el crimen así expiado no puede haber sido otro que el parricidio.

which is doubtless far older than Christianity ' " (O. C., XIII, 155-156). La religión entonces no es solo paranoia y neurosis, sino que se encuadra dentro de la historia de la civilización y, para cada individuo, dentro de su historia personal (complejo de
Edipo).



La religión es, pues, una concepción patológica del mundo, una proyección psicológica;
Es superstición que funciona como una paranoia.


La  religión como una neurosis obsesiva universal

Freud dice que la neurosis es el prototipo de patología de la experiencia religiosa. De hecho la define como una "neurosis obsesiva de la colectividad humana". La neurosis social condujo a la religión mientras que la neurosis individual conduce a la religión privada.

La religión es comparable con la neurosis infantil

La religión, una ilusión

Desde la teoría freudiana de la religión esta se percibe como una enfermedad, un trauma, en concreto una neurosis.
Freud sitúa el origen de la religión y de la neurosis en el mismo punto, un estado mental infantilizado, analogado a un "sentimiento oceánico" que permite la creencia en mitologías. En este tipo de neurosis igualaría la idea del padre con la de dios. Los tres calificativos de la religión pertenecen según Freud a distintos niveles; la neurosis sería el diagnóstico clínico, la ilusión el aspecto cognitivo y el infantilismo la perspectiva ontogenética.
Cuando Freud habló de la religión como una ilusión, sostuvo que se trata de una estructura de la fantasía de la que el hombre debe ser puesto en libertad si ha de llegar a la madurez.


La religión, delirio colectivo derivado de la sexualidad


Lacan: coloca a Dios en lo inconsciente.


 Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci (1910)

"El psicoanálisis nos ha mostrado el íntimo nexo entre el complejo paterno y la fe en
dios; nos ha enseñado que, psicológicamente, el Dios personal no es otra cosa que un padre
enaltecido, y todos los días nos hace ver cómo ciertos jóvenes pierden la fe religiosa tan pronto como la autoridad del padre se quiebra en ellos


"La exploración psicoanalítica del hombre individual nos enseña con particularísimo
énfasis que, en cada quien, dios tiene por modelo al padre; que su vínculo personal con dios
depende de su relación con su padre vivo, sigue las oscilaciones y mudanzas de esta última; y que dios en el fondo no es más que un padre enaltecido.

En este punto, el psicoanálisis, como en el caso del totemismo, aconseja dar crédito al creyente, que llama padre a dios, como llamaba antepasado al tótem. Si el psicoanálisis merece ser tenido de alguna manera en cuenta, y sin perjuicio de todos los otros oríg nes y significados de dios sobre los cuales es incapaz de arrojar luz alguna, el aporte del padre a la idea de dios por fuerza tiene que ser muy importante"
(ib.,149).
Ahora Freud añade otros
Freud advierte conexiones entre el complejo paterno y el desvalimiento y la necesidad de
protección del ser humano, y entre esto y la formación de la religión. Explica:
"Así, (para el niño pequeño) la madre, que satisface el hambre, deviene el primer objeto
de amor, y por cierto también la primera protección frente a todos los peligros indeterminados que amenazan en el mundo exterior; podríamos decir: la primera protección frente a la angustia. La madre es relevada pronto en esta función por el padre, más fuerte, y él la retiene a lo largo de toda la niñez. Empero, la relación con el padre está aquejada de una peculiar
ambivalencia. El mismo fue un peligro, quizá desde el vínculo inicial con la madre. Y cuando se
pasa a anhelarlo y admirarlo no se lo teme menos. Los indicios de esta ambivalencia del vínculo


 Dios
Dios es entonces la proyección ilusoria de la imagen infantil del padre. Igualmente en
Moisés y la religión monoteísta, Freud equipara a Dios con "la imagen primordial de Dios, el
padre primordial, y sus posteriores reencarnaciones" (ib., 87)


El antiguo enemigo es la Iglesia Católica;
había sido, según Freud, "la acérrima enemiga de la libertad de pensamiento y del progreso hacia el discernimiento de la verdad"


Pecado original
Ya vimos que para Freud el pecado original es el asesinato enorme del padre primordial y
que de ahí nació la conciencia de culpa de la humanidad. En De guerra y muerte. Temas de
actualidad, Freud había escrito: "Si el Hijo de Dios debió ofrendar su vida para limpiar a la
humanidad del pecado original, entonces, según la ley del talión (la venganza con lo mismo), ese pecado ha sido una muerte, un asesinato. Solo esto pudo exigir como expiación el sacrificio de una vida. Y si el pecado original fue un agravio contra Dios Padre, el crimen más antiguo de la humanidad tiene que haber sido un parricidio, la muerte del padre primordial de la horda

primitiva, cuya imagen en el recuerdo fue después trasfigurada en divinidad" (O. C., XIV, 294). En Moisés y la religión monoteísta, observa Freud que "el crimen innombrable fue sustituido, en el cristianismo, por el supuesto de un pecado original en verdad fantasmal" (O. C., XXIII, 131). Sea que por pecado original se entienda el parricidio del padre primordial, sea que se entienda otra cosa, en ambos casos estamos ante otra proyección o fantasía, o, si se prefiere, ante otra verdad histórico-vivencial.

Cielo
Para el psicoanálisis de Freud, el cielo es otro mito religioso, relacionado con la
sustitución del principio de placer por el de realidad. He aquí la explicación que se encuentra en
el estudio Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico (1911): "La sustitución
del principio de placer por el principio de realidad no implica el destronamiento del primero, sino
su aseguramiento. Se abandona un placer momentáneo, pero inseguro en sus consecuencias, solo
para ganar por el nuevo camino un placer seguro, que vendrá después. Sin embargo, la impronta
endopsíquica de esta sustitución ha sido tan tremenda que se reflejó en un mito religioso
particular. La doctrina de la recompensa en el más allá por la renuncia -voluntaria o impuesta- a
los placeres terrenales no es sino la proyección mítica de esta subversión psíquica. Las
religiones, ateniéndose de manera consecuente a este modelo, pudieron imponer la renuncia
absoluta al placer en la vida a cambio del resarcimiento en una existencia futura; pero por esta
vía no lograron derrotar al principio de placer. La ciencia fue la primera en conseguir ese triunfo,
aunque ella brinda durante el trabajo también un placer intelectual y promete una ganancia
práctica final" (O. C., XII, 228).


Alma e inmortalidad
Según el psicoanálisis freudiano, alma e inmortalidad son representaciones fantásticas,
que nacieron en el hombre primitivo al encontrarse frente al cadáver de la persona amada. Así  nacieron también las ideas de la transmigración del alma y la reencarnación. Todo con el propósito de arrebatar a la muerte su significado de canceladora de la vida. Esto sostiene Freud en el escrito De guerra y muerte. Temas de actualidad (O. C., XIV, 296)


   
Demonio
En la obra titulada Una neurosis demoníaca en el siglo XVII (1923), el tercer capítulo
lleva por título: "El Diablo como sustituto del padre". Otra vez estamos ante una interpretación reductora. Que el Diablo sea como sustituto del padre, Freud lo explica de esta manera:


En otro pasaje, Freud dice expresamente: "Si el Dios bueno y justo es un sustituto del padre, no cabe asombrarse de que en la creación de Satán haya encontrado expresión también la actitud hostil, que lo odia, lo teme y le promueve querella. Por consiguiente, el padre sería la imagen primordial individual tanto de Dios como del Diablo. Pero entonces las religiones responderían a la repercusión inextinguible del hecho de que el padre primordial primitivo era un ser
ilimitadamente malo, menos parecido a Dios que al Diablo" (ib., 88)





"Dios es un sustituto del padre o, más correctamente, un padre enaltecido; dicho de otro modo: una copia del padre tal como se lo vio y vivenció en la infancia -el individuo en su propia niñez, y el género humano en su prehistoria, como padre de la horda primordial-. Después el individuo vio a su padre de otro modo, más pequeño, pero la imagen-representación infantil se conservó, fusionándose con la huella mnémica -heredada- del padre primordial para formar en el indivduo la representación de Dios. Sabemos también, por la historia secreta del individuo (según la ha descubierto el análisis), que el vínculo con ese padre fue ambivalente quizá desde el comienzo mismo o, en todo caso, devino tal muy pronto, vale decir, abrazó dos mociones de sentimiento contrapuestas: no solo de sumisión tierna, sino de desafío hostil" (O. C., XIX, 87). La moción de desafío hostil es la que ha engendrado la idea de Diablo. 







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