ATEÍSMO
Como noción etimológica el ateísmo se refiere a la falta de creencia en la existencia de cualquier dios, sin embargo existen otras definiciones, surgidas en su mayoría de la cultura popular.
El término proviene del adjetivo griego azeós que significa sin dios, en cualquiera de los dos sentidos, no creer en uno o más dioses o de no venerarlos debidamente;
Dentro de esta definición son ateas tanto las personas que niegan la existencia de dioses, como los que sin creer en dios alguno, no niegan su existencia. A estos últimos también se les llama agnósticos.
En su sentido filosófico más estricto, el ateísmo incluye a aquellas personas que declaran no creer en ningún dios determinado (como Brama o Alá), pero puede llegar a creer en lo sobrenatural (astrólogos).
Es importante distinguir el ateísmo de la falta de religión, pues existen religiones que niegan o no mencionan la existencia de dios alguno, y que por consiguiente, son ateas.
En la cultura popular se considera a veces al ateísmo como sinónimo de escepticismo científico.
El ateísmo no es una religión por sí mismo, más bien es una postura filosófica respecto a la existencia de dioses.
El término tiene su primer uso en la Roma antigua, para designar a todo aquel que no creyera en los dioses del panteón romano, en particular a los cristianos.
A raíz de la confluencia de las religiones en el mundo el sentido etimológico de la palabra tomó todo su significado para aplicarse a todos los dioses, ya que parecía injusto designar ateos a quienes creían en cierto dios, razón por la cual el término se limitó a las personas que no creyesen en ningún dios. Actualmente ya no se usa el adjetivo ateo para designar a los que no creen en unos dioses aunque crean en otros.
El ateísmo fuerte o positivo se caracteriza por la negación categórica de la existencia de dioses. Muchas veces argumenta en contra de la existencia de dioses, encontrando explicaciones sociológicas, psicológicas, y/o históricas para el teísmo, distintas de la existencia de dioses. Este es el caso del marxismo, que parte del supuesto de que no se debe conceder visos de posibilidad a una proposición arbitraria como la existencia de un dios.
El ateísmo agnóstico débil o escéptico no niega explícitamente la existencia de los dioses, sino que niega únicamente el conocimiento de su existencia, y la considera posible. Los ateos agnósticos a menudo argumentan que la carga de la prueba recae sobre quién afirma algo, y no sobre quién deja de creerlo. Por consiguiente la negación de la existencia de dioses requiere de una prueba tanto como lo requiere la afirmación de su existencia.
El ateísmo agnóstico fuerte afirma que no sólo es desconocida la existencia de dioses, sino que es imposible de conocer, debido a lo sobrenatural e inalcanzable de la idea de éstos.
Mientras que el ateísmo agnóstico débil afirma que a pesar d la falta de conocimiento sobre la existencia de dioses, no hay razón para pensar que este conocimiento sea inalcanzable. Este tipo de ateísmo se subdivide en
a) Ateísmo agnóstico débil o interesado: es aquel que considera que el conocimiento sobre la existencia de dios es interesante o relevante.
b) El Ateísmo agnóstico débil y apático: considera que el conocimiento de la existencia de dios no es interesante ni relevante. Se deriva de razones filosóficas o de la mera indiferencia del individuo por lo sobrenatural.
a) Ateísmo agnóstico débil o interesado: es aquel que considera que el conocimiento sobre la existencia de dios es interesante o relevante.
b) El Ateísmo agnóstico débil y apático: considera que el conocimiento de la existencia de dios no es interesante ni relevante. Se deriva de razones filosóficas o de la mera indiferencia del individuo por lo sobrenatural.
La verdad es que no ha existido ningún período cultural donde todas las personas compartieran su creencia en dioses o fuerzas sobrenaturales (su modelo del mundo). Las opiniones religiosas han tenido una posición fuerte en sus sociedades y sus oponentes no han tenido siempre la oportunidad de expresar sus puntos de vista en público. Por ello es raro encontrar puntos de vista ateos en la historia oficial.
Tiene relevancia la escuela Charvaka, por el nombre de su fundador, escuela surgida en la India alrededor del siglo VI a.C., defendía una posición filosóficamente atea y materialista del mundo, y cuya interpretación del origen de la religión y del papel del clero se parece a la del ateísmo occidental moderno, igualmente enfrentado con iglesias poderosas y fuertemente organizadas. Sus escritos fueron destruidos de manera sistemática y sólo han sobrevivido fragmentos enmarcados en textos hostiles.
En la antigua Grecia muchos filósofos ateos no aprobaban la religión que dominaba su propia sociedad. Ellos tenían un modelo materialista, según el cual todas las cosas en su origen son materiales, e incluso los fenómenos <<espirituales>> tienen base material.
Los primeros pensadores que negaron la existencia de los dioses (ateísmo teórico), fueron algunos sofistas griegos, como Protágoras (expulsado de Atenas por ateo), también Diágoras de Melo y Crizias.
Se puede hablar del ateísmo práctico en filósofos como Demócrito (la realidad formada por átomos y vacío) y conocidos materialistas como Epicuro y su seguidor romano Lucrecio, que aunque no negaban la existencia de las divinidades, sostenían que no tendrían ninguna interacción con las actividades humanas.
En los principios del cristianismo durante el imperio romano, “cristianos” y “paganos” se atribuían mutuamente el término “ateo”.
La edad media fue muy negativa a las opiniones ateas, y la crítica a religión dominante se castigaba duramente, muchas veces con la muerte (Santa Inquisición). En la Europa medieval, incluso hasta el siglo XVIII, el ateísmo fue considerado inmoral y generalmente criminal. Los ateos podían ser condenados a la hoguera especialmente en los países donde operaba la Santa Inquisición.
Mientras los protestantes y muchos otros sufrían discriminación por parte de la Iglesia Católica dominante, John Calvin (1509-1564) estaba a favor de quemar a los ateos y los herejes.
Son teóricamente ateos todos aquellos sistemas filosóficos que se fundamentan en el materialismo o en el monismo materialista, como mencionábamos desde la antigüedad al atomismo y el epicureismo, Campanella en el renacimiento, el materialismo francés de la Ilustración, los hegelianos de izquierda, como Feuerbach y Marx, el materialismo dialéctico; lo son también el existencialismo, por lo menos en autores como Camus y Sartré, influidos por Nietzsche; el panteísmo en general y el idealismo alemán en cuanto identifica el absoluto con la conciencia humana. En el ateísmo teórico o filosófico, la negación razonada de la existencia de Dios se considera totalmente coherente con las afirmaciones básicas del propio sistema filosófico, o bien simplemente se considera incompatible con el sistema la afirmación de la existencia de Dios, o hasta la misma noción o concepto de Dios. En este sentido son de notar los denominados ataques globales al teísmo, que sostienen que no sólo es improbable la existencia de Dios, sino que es imposible, por tratarse de un concepto incoherente o contradictorio. Así, Kai Nielsen y Durrant, para quienes ese concepto carece totalmente de sentido al no poder nosotros señalar ningún referente de Dios; o A. Flew, quien afirma que la noción de <<ser perfecto>>, el ser que posee todas las perfecciones, incluidas por tanto las contradictorias, es también contradictoria, o bien que la noción cristiana de Dios Creador y Omnipotente es incompatible con la libertad humana.
Sostienen, por otro lado, un ateísmo práctico, aquellos sistemas filosóficos que propugnan una visión del mundo de la que se excluye positivamente la idea de Dios: Nietzsche, que proclama una moral cuyo punto de partida es que <<Dios ha muerto>>; el existencialismo del que Sastre (ateísmo postulatorio) afirma que es la consecuencia coherente de la inexistencia de Dios, el marxismo, para el que la crítica a la religión es la condición previa de toda crítica.
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